Resiliencia corresponde a la capacidad humana de hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido e, incluso, transformado.
La resiliencia es más que la aptitud de resistir a la destrucción preservando la integridad en circunstancias difíciles: es también la aptitud de reaccionar positivamente a pesar de las dificultades y la posibilidad de construir basándose en las fuerzas propias del ser humano. No es sólo sobrevivir a pesar de todo, sino que es tener la capacidad de usar la experiencia derivada de las situaciones adversas para proyectar el futuro.
Los siete factores que caracterizan la resiliencia son:
1) «Insigth» o introspección: capacidad para examinarse internamente, plantearse preguntas difíciles y darse respuestas honestas.
2) Independencia: capacidad para mantener distancia física y emocional con respecto a los problemas sin caer en el aislamiento.
3) Interacción: capacidad para establecer lazos íntimos y satisfactorios con otras personas.
4) Iniciativa: capacidad para hacerse cargo de los problemas y ejercer control sobre ellos.
5) Creatividad: capacidad para crear orden, belleza y objetivos a partir del caos y del desorden.
6) Sentido del humor: predisposición del espíritu a la alegría, permite alejarse del foco de tensión, relativizar y positivizar.
7) Conciencia moral: abarca toda la gama de valores internalizados por cada persona a través de su desarrollo vital.
Existen áreas de desarrollo de la resiliencia, las que se refieren a los recursos personales y recursos sociales potenciales de un individuo. Entre éstas se pueden citar: la autoestima positiva , los lazos afectivos significativos, la creatividad, el humor positivo, una red social y de pertenencia, una ideología personal que permita dar un sentido al dolor, disminuyendo la connotación negativa de una situación conflictiva, posibilitando el surgimiento de alternativas de solución frente a lo adverso.
RESISTIR Y REHACERSE!!!